Interview: Teófilo Stevenson, Ex-World Boxing Champion: “What They Did Is Not Treason — It’s Ignorance” [Entrevista: Teófilo Stevenson Ex campeón mundial de boxeo “Lo que han hecho no es una traición, es incultura”]

“Yo no diría que lo que han hecho es una traición, es incultura.  Y le digo esto porque al que traiciona no se le perdona”, dice el revolucionario Teófilo Stevenson, el boxeador aficionado más grande de todos los tiempos, acerca de la deserción de Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara por un contrato de medio millón de euros.  La modesta vivienda del ex púgil, de 55 años, fidelista hasta la médula, alberga las condecoraciones, fotografías y recuerdos de su fulgurante carrera: boxeó en 321 combates, ganó 301 y nunca perdió por knock out.  “Ellos nacieron cuando el Gobierno cubano se estabilizó y garantizó la educación a todos, su entrenamiento deportivo, las facilidades que tuvieron.  No entiendo lo que hicieron”.

— Es que les daban mucho dinero.

— Pero el dinero no es todo, y a mí me ofrecieron mucho.  Y me negué por todas esas cosas que le estoy diciendo ahora. Me ofrecieron un millón de dólares.

Stevenson, casado, con dos hijos, 1,90 de estatura, que actualmente ejerce tareas de delegado deportivo, obtuvo medallas de oro olímpicas (en Múnich 1972, Montreal 1976 y Moscú 1980) y varios campeonatos mundiales.  Presume de que es una persona de extracción humilde, hijo de inmigrantes antillanos, pero su hija ha podido cursar dos carreras universitarias.  “Me resulta doloroso lo que ha pasado [con los dos desertores] por su familia, por este pueblo que tanto los ha querido, por las enseñanzas que recibieron.  ¿Dónde queda todo ese cariño, todo ese respeto que sentía su pueblo hacia ellos?”.

Inevitablemente, hay que volver hacia atrás, hacia el año 1972 en que conocidos promotores internacionales, entre ellos el norteamericano Don King, se le acercaron para ofrecerle el profesionalismo.  “Había un argentino que era el entrenador de Óscar Ringo Bonavena [campeón argentino de boxeo, asesinado en 1976] que me decía: si con Bonavena yo me busco 100.000 o 200.000 dólares, a ti te veo como un saquito verde de millones”.  Fue uno de los primeros que le tentó.  “Otros fueron de no sé qué países.  Y ahí estaba Don King, que fue a visitarme al Madison Square Garden”.  “Ahora mismo pienso en el millón de dólares o en los cinco [que podía haber conseguido] y no tienen importancia”, según afirma.  “Para mí es más importante el cariño que me dispensan en Cuba y los millones de revolucionarios que trabajan en el mundo por lograr un lugar mejor”.

“I wouldn’t say that what they did is treason — it’s ignorance.  And I say this to you because those who commit treason cannot be forgiven,” says the revolutionary Teófilo Stevenson, the greatest amateur boxer of all times, about the defection of Guillermo Rigondeaux and Erislandy Lara for a contract of half a million euros.  The modest house of the 55-years-old ex-pugilist, Fidelista to the core, contains the medals, photographs, and memories of his brilliant career: he fought 321 bouts, won 301, and was never defeated by knockout.  “They were born when the Cuban Government stabilized itself and guaranteed education to all, their sports training, the facilities that they enjoyed.  I don’t understand what they did.”

— It’s because a lot of money was given to them.

— But money is not everything.  I was offered a great deal.  And I refused it for all those reasons that I am giving you now.  They offered me a million dollars.

Stevenson, married with two children, 1.90 meters tall, who today serves as a sports representative, won Olympic gold medals (Munich 1972, Montreal 1976, and Moscow 1980) and several world championships.  He is proud of his humble origin, son of Antillean immigrants, but his daughter has been able to pursue two university degrees.  “It pains me to think what happened [with the two defectors], for their family, for the Cuban people who loved them so much, for the lessons that they received.  What about all the love, all the respect that their people felt towards them?”

Inevitably, it is necessary to look back, to 1972 when famous international promoters, the North American Don King among them, approached him to offer him a professional boxing career.  “There was an Argentinean, the trainer of Óscar Ringo Bonavena (Argentine boxing champion, murdered in 1976), who said to me: if Bonavena is worth 100,000 or 200,000 dollars, you look like millions of dollars.”  He was one of the first who tempted him.  “Others came, who knows from what countries.  And there was Don King, who came to visit me at the Madison Square Garden.”  “Right now I think about the million dollars or the five million dollars [that I could have obtained], and that’s not important,” he says.  “For me, more important are the love that people give me in Cuba and millions of revolutionaries who are working in the world to make it a better place.”


This interview with Teófilo Stevenson was published in El País on 9 August 2007.  Translation by Yoshie Furuhashi (@yoshiefuruhashi | yoshie.furuhashi [at] gmail.com).  See, also, Fidel Castro Ruz, “The Revolting Commercialization of Athletes,” Granma International, 28 July 2007.