We Say No to U.S. Military Bases in Colombia

 

Bogota, July 30, 2009

1.  The government of Alvaro Uribe has announced a decision to grant the United States the use of military bases on national territory by way of an agreement that would place all of the Colombian land mass at U.S. disposal for all types of military operations inside and outside of our country.  Within Colombia a foreign army would become involved in the internal armed conflict thereby exacerbating confrontation and making peace more elusive.  Colombia would also become a platform for military stationing and aggressive expansion of the North American power in our region, impacting the stability of neighboring democratic and progressive governments and interfering with important plans toward the integration of Latin America and the Caribbean.

2.  In addition to making a disgrace of our national sovereignty, Uribe’s decision turns Colombia into a foothold for the U.S. and its allies to carry out their plans of attacking Latin American nations that do not tow the U.S. line or that weaken its continental hegemony.  It is part and parcel of an offensive by reactionary forces and the empire, which recently staged the coup d’etat in Honduras against the legitimate president of that country, Jose Manuel Zelaya.

3.  This unwarranted concession is contrary to the Colombian Constitution.  Both the articles relevant to these matters as well as the appropriate decision-making processes were disrespected.  This is one of the most flagrant violations against a Government of Laws committed by the Uribe administration.

4.  War is a lucrative business for a small group of multinational corporations that live off their security and defense contracts with the State Department and the Pentagon.  Behind the façade of a war against narco-trafficking and terrorism we find the highly profitable operations of the military industrial complex ranging from arms and munitions production to contracts with mercenary outfits around the globe.

5.  The increasing submission of the Colombian military to the U.S. continues the failed anti-drug policy outlined by Plan Colombia.  It will mean the worsening of the economic, social, and environmental problems that Colombia has endured for more than a decade and further deterioration of the humanitarian and human rights crisis.

6.  Even less acceptable is the application of judicial immunity to the North American military and mercenaries who will be given diplomatic protection for any and all crimes committed in Colombia.  The precedent established by criminal acts perpetrated by United States’ military personnel — here and in other countries — by logic transforms the so-called immunity into a grant of impunity.

Given the above considerations, the Polo Democratico Alternativo (PDA) issues:

a)  an invitation to political and social organizations, intellectuals, advocates of democracy, and human rights activists in Colombia and the continent, to meet soon to reach agreement on a common agenda and a statement against this decision, which undermines Colombia’s national sovereignty and affects the democratic and peaceful stability of the region.

b)  a call for a National Day of Mobilization and Protest against war and the military bases in Colombia, in defense of national sovereignty, and for peace in the region.

c)  a call for a national and continental campaign against U.S. militarization and intervention in Latin America which we hope will be joined by progressive and democratic forces throughout the world.

d)  the expression of sentiments of friendship, solidarity, and support for all nations of Latin America, their peoples, and the governments which legitimately represent them.

PDA National Executive Committee

Declaración del Polo Democrático Alternativo sobre las bases militares de Estados Unidos en Colombia

1.  El Gobierno de Álvaro Uribe, ha anunciado la determinación, de otorgar a los Estados Unidos el uso de bases militares en el territorio nacional a través de un acuerdo que pondría a su disposición toda la geografía colombiana para todo tipo de operaciones dentro y fuera del país.  Con las primeras, se involucra a un ejército extranjero en el conflicto interno, se atiza la confrontación y se aleja la paz.  Con las segundas, Colombia se convierte en una plataforma para el asentamiento y la expansión bélica de esta potencia, que afecta no solo la estabilidad de los gobierno democráticos y progresistas, sino también los importantes proyectos de integración Latinoamericana y caribeña.

2.  Además de la indigna condición a la que queda sometida la soberanía nacional, es evidente que tal decisión hace de Colombia una punta de lanza de las pretensiones del gobierno de los Estados Unidos y de sus aliados para agredir a los estados latinoamericanos que no le son afines o que podrían debilitar su hegemonía continental, y se suma a la ofensiva de fuerzas reaccionarias y del imperio que como en Honduras, provocaron el Golpe de Estado contra el Presidente legítimo de ese país, José Manuel Zelaya.

3.  Esta aberrante concesión es contraria a la Constitución.  Ni los artículos concernientes a estos asuntos, ni las instancias a las cuales deberían consultarse, han sido respetados.  Es una de las más flagrantes violaciones que ha cometido este gobierno al Estado Social de Derecho.

4.  La guerra es negocio de un reducido grupo de empresas multinacionales que dependen de los contratos de seguridad y defensa del Departamento de Estado y del Pentágono.  Tras el sofisma de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, existen jugosos negocios del complejo militar industrial estadounidense, que abarca desde las fábricas de armas y municiones hasta las firmas contratistas de mercenarios a escala global.

5.  La profundización del sometimiento militar de Colombia es la continuación de la fracasada política antidrogas enmarada en el Plan Colombia.  Con ello se amplificaran los daños económicos, sociales y ambientales que se han padecido por más de una década, y se agravará aún más, la crisis humanitaria y de derechos humanos.

6.  Un hecho aún más inadmisible es la expedición de la inmunidad jurídica dada a los militares y mercenarios norteamericanos para toda clase de delitos cometidos en Colombia, quienes tendrán el estatus diplomático.  Los antecedentes de las conductas delictuosas de los efectivos del ejército de Estado Unidos — aquí y en otros países — hacen concluir que esta inmunidad es una abierta impunidad.

Por estas consideraciones, el Polo Democrático Alternativo — PDA — convoca a:

a).  Invitar a las Fuerzas Política y Sociales, a los demócratas, Intelectuales y Defensores de Derechos Humanos de Colombia y el Continente, a reunirnos prontamente para acordar una AGENDA COMUN y un PRONUNCIAMIENTO contra este Acuerdo que vulnera la soberanía Nacional y afecta la estabilidad democrática y pacífica de la región.

b).  Convocar la JORNADA NACIONAL DE MOVILIZACION Y PROTESTA contra la Guerra, las Bases Militares en Colombia, por la Soberanía Nacional y la Paz en la Región.

c).  Impulsar una CAMPAÑA NACIONAL Y CONTINENTAL contra la militarización y la intervención de Estados Unidos en América Latina, a la que esperamos se sumen las Fuerzas Progresistas y Democráticas del mundo.

d).  Expresar nuestros sentimientos de fraternidad, solidaridad y apoyo a todos los países latinoamericanos, a sus pueblos y a los gobiernos que legítimamente los representan.

COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL


The declaration in Spanish was first published on the Web site of Polo Democrático Alternativo.   The English translation was published on the Web site of the Movimiento Obrero Independiente Revolucionario